La llegada del otoño convierte las fértiles laderas del valle de Sóller en un auténtico espectáculo, dotándolas de vida y color gracias a la majestuosidad de los olivos y a la recolección de las aceitunas. La tonalidad grisácea de los olivos se combina con el color violáceo de sus aceitunas y con el verde brillante de la vegetación silvestre de nuestro valle, convirtiendo así cualquier paseo por las inmediaciones de los municipios de Sóller y Fornalutx en una auténtica experiencia sensorial; añadiendo a esta maravilla cromàtica un auténtico espectáculo de aromas y colores. Sin duda es el olivo, el arbol más emblemático de esta estación: originario de Ásia Menor, es cultivado en la cuenca mediterránea des de la antigüedad. Los meses de octubre, noviembre y diciembre son los ideales para visitar los olivares ya que es cuando podremos observar en directo el proceso de maduración de sus frutos: las aceitunas, de las cuales se obtendrá el aceite de oliva que por méritos própios se ha convertido en el elemento diferencial de la archiconocida dieta mediteránea. Esta dieta es sin duda uno de los referentes gastronómicos de nuestra comarca, y constituye un atractivo ineludible para todos los visitantes de nuestra planta hotelera. Las plantaciones de olivos dominan el valle de norte a sur y de este a oeste, envolviendoel casco urbano en un manto vegetal que seduce tanto a propios como a turistas. El Hotel Es Port se haya también situado entre olivos centenários, que dotan a los jardines y alrededores de nuestro hotel de una autenticidad dificilmente superable. Es así como los olivos centenarios del valle de Sóller se han convertido en todo un icono de nuestro valle y en un auténtico reclamo para senderistas y amantes de la naturaleza, que no dudan en elegir Sóller como destino turístico, tanto por su calidad como por su autenticidad.