En Mallorca, cuando llega el verano, nuestro mar se llena de todo tipo de embarcaciones para el recreo de los isleños y turistas. En medio de tantas embarcaciones, veleros, yates y lanchas discurre pausado y sigilosamente el laúd, la embarcación mallorquina por excelencia.
El laúd ha sobrevenido como un emblema de recreo marítimo en las Baleares y es usado tanto para pesca recreativa como para el paseo.
Los orígenes del laúd se remontan entorno al siglo XII. Su función primigenia era auxiliar a los barcos de mayor eslora (longitud).
Posteriormente, ya en el siglo XIV, hay referencias de que el laúd es ya una embarcación que actúa con autonomía para cumplir funciones que van más allá del servicio a barcos mayores. A partir del siglo XV, los documentos nos evidencian la especialización de esta embarcación para numerosas funciones, surgiendo así gran cantidad de modelos: podemos identificar el laúd costero (llaüt costaner), para el pequeño cabotaje; el laúd viajero (llaüt viatger), para el cabotaje convencional; el laúd frutero (llaüt fruiter), especializado en el cabotaje de productos alimentarios. Y en el universo de la pesca se forman diferentes subgrupos como el laúd pescador que incluye distintivos como el laúd palangrer (palangrero), el laúd de sardinal, o el laúd de bou (pesca de arrastre), entre otros.
El laúd pescador es el más conocido y común y se caracteriza por su forma de gota de agua . En el centro de la cubierta tiene una abertura central llamada cossia que se puede cerrar permitiendo disponer de una cubierta totalmente plana. Presenta las bordas bajas (lados) que permiten tanto una buena navegación en vela como en remo y también un acceso fácil al agua. A parte de su forma, una de las características poco visibles hoy en día del laúd es su vela, que evolucionó de la vela latina. Ésta, muy polifacética, permitía ser usada como método de propulsión o como toldo para faenar sobre la embarcación.
Hoy en día el laúd ha sufrido numerosas variaciones; se le ha añadido motor y algunos han dejado de fabricarse con madera para hacerse con fibra de vidrio. La incorporación del camarote es otra novedad de estos últimos tiempos.
Alguien que disfrute del mar y ame los barcos no puede visitar Mallorca sin dar un pequeño paseo con un laúd. En el Puerto de Sóller se ofrecen excursiones en laúd.