Un ejemplo de Posesión Mallorquina en la Serra de Tramuntana, el Hotel Es Port.
El elemento patrimonial que más abunda y que, sin duda, más nos impresiona en la Serra de Tramuntana es la Posesión Mallorquina. La importancia histórica, social, económica y cultural de este monumento arquitectónico es básica para entender la historia de Mallorca, ya que esta fue una representación a microescala de nuestra pasada sociedad. A través de la emblemática y bella posesión del Port de Sóller, que fue adaptada para su nuevo uso como hotel, explicaremos que era y que significó esta emblemática edificación.
El origen de la posesión mallorquina es del siglo XIII, cuando Jaime I conquista nuestra isla y la reparte entre nobles y iglesia. De este modo implanta el sistema feudal, donde la posesión juega un papel importantísimo por ser el núcleo residencial y económico del territorio que controla y explota. Muchas de estas posesiones tenían unos orígenes más antiguos, las alquerías musulmanas, que fueron reestructuradas para las necesidades de sus nuevos colonos.
El centro neurálgico y de residencia de las posesiones eran las casas. La denominación es en plural, debido a que estas estaban formadas por diversos edificios unidos, pero que funcionaban independientemente. Estos se articulaban entorno un patio, conocido como clastra. Cada edificio tenía su función, y entre ellos tenemos que destacar la casa de los señores y la casa de los amos. A parte había un conjunto de estancias productivas donde encontramos la tafona (almazara), un molino harinero, aljibes, cuadras, establos, normalmente una capilla, etc. En el caso que nos corresponde, la posesión de Hotel Es Port, aun podemos observar, con un buen estado de conservación, la tafona, los establos, la clastra, la capilla, la casa de los señores, el aljibe, entre otros. Además era muy común, en las posesiones ubicadas en la costa, disponer de una torre para la defensa de los ataques piratas. El Hotel Es Port presenta un bellísimo ejemplo que conserva su estructura original. Debemos destacar de este Hotel que ha mantenido, en su mayor integridad, los elementos anteriormente descritos. Hay que destacar la planta noble, conocida como la casa de los señores y la tafona.
El sistema de explotación y social de una posesión era piramidal. El señor era normalmente un noble el cual le arrendaba la explotación y gestión de la finca al “amo” y a su familia. Este último contrataba a los “missatgers”, que eran jornaleros estables que trabajaban en la finca. Esta simple relación contractual representaba, en mayores rasgos, la estructura de la sociedad mallorquina.
La simbiosis creada entre turismo y preservación de una finca de estas características hace que el Hotel Es Port sea un referente.