Fornalutx, un ejemplo de la Mallorca más rural de la Sierra de Tramuntana.
Entre las infranqueables montañas que rodean el hermoso valle de Sóller y bajo el imponente Puig des Migdia, se halla un pueblo de ensueño, Fornalutx.
Todo el municipio de Fornalutx constituye en si un conjunto paisajístico y arquitectónico de gran valor. La villa, ubicada sobre el torrente, esta completamente rodeada por bancales. En la zona inferior se encuentra la zona de regadío con hermosos naranjos, en cambio, en las cotas superiores el árbol por excelencia es el olivo.
Fornalutx ha sabido conservar su carácter tradicional y más auténtico de la Mallorca rural de la zona de la Sierra de Tramuntana. Por este motivo el pueblo fue galardonadoen el 1983 por el Fomento de Turismo de Mallorca con la Placa de plata por la defensa y mantenimiento del pueblo, y por la Secretaría General de Turismo, que le otorgó el segundo Premio Nacional de Pueblos embellecidos y mantenidos de España.
Sus bellas casas de piedra, sus estrechas y laberínticas callejuelas empedradas y el aroma de sus pequeños jardines nos evocan a su pasado islámico, cuyo origen fue una alquería mora. Podemos destacar algunos elementos patrimoniales del núcleo histórico como la iglesia del siglo XIII, la torre del ayuntamiento del siglo XVII y la casa Señorial de Can Xoroi. Pero uno de los elementos que más carácter han dado al pueblo son las tejas pintadas que se conservan en los voladizos de los tejados, cuya tradición y origen se remonta varios siglos.
La festividad principal de la villa es el día 8 de septiembre, el día de la Natividad de la Madre de Dios. El pueblo engalana sus calles para celebrar tal evento y organiza todo tipo de actos culturales y deportivos. Pero el evento más conocido del programa de fiestas es “la baixada des bou” (la bajada del toro). La fiesta empieza a primeras horas de la mañana, donde el sonido de la gaita y tambores anuncia la llegada del toro, que con una cuerda atada por los cuernos es sostenido por los jóvenes del pueblo que lo pasean por las calles. Acabada la fiesta el toro, es dirigido al matadero para ser sacrificado y su carne repartida entre los habitantes del pueblo.
La belleza de la villa ha atraído desde el siglo XX a numerosos artistas que han encontrado en Fornalutx un lugar de evasión e inspiración. Además, el pueblo es un lugar perfecto para los amantes del senderismo, ya que desde el se inician numerosas excursiones como la del Barranco de Biniaraix.