A lo largo de las fiestas de Pascua, la gastronomía mallorquina se enriquece con maravillosos manjares, los cuales hay que conocer y probar. Los tres platos más populares y que nunca faltan en las cocinas familiares de nuestra tierra son las”panades”, los “rubiols” y los “crespells”. Este trío culinario es típico de este tiempo, tanto en Mallorca como en Sóller.
A lo largo de los años estos platos han ido evolucionando e introduciendo numerosas
variantes de cada uno de ellos. Cuándo hablamos de las “panades”, hablamos de una especie de tartaleta que se cubre con una capa de pasta con el fin de crear un contenedor para ser rellenado. Esta pasta está hecha con manteca de cerdo, aceite, agua, harina y un poco de sal. En el caso del relleno, el más tradicional en Mallorca, es la carne de cordero aliñada con guisantes y con un toque de sobrasada. Según los especialistas en la historia de la cocina mallorquina, estas serian una herencia directa de la cocina musulmana. Con el tiempo han ido surgiendo un gran número de variantes para el relleno. De esta manera podemos encontrar rellenos realizados a base de carne de cerdo, pollo o conejo. Y para los que prefieren otros gustos, también son comunes las “panades” rellenas de pescado o verduras.
Los “rubiols” y los “crespells” se hacen con la misma pasta, pero al contrario que las empanadas, ésta es dulce. Los ingredientes básicos son: manteca de cerdo, azúcar glass, zumo de naranja, un poco de bicarbonato, yema de huevo, un limón rallado y harina. Una vez bien amasada, esta pasta se aplana con un rodillo. Con unos moldes de hojalata se cortan trozos con forma circular. En medio se les coloca lo que será el relleno, siendo lo más típico el cabello de ángel o la mermelada, y posteriormente se dobla a modo de media luna, para meterse en el horno y cocerse. Otras variantes de relleno son el requesón, la crema y el boniato.
Los “crespells” son como galletas hechas con una gran variedad de formas. Como ya hemos indicado, estas se hacen con la misma pasta que los “rubiols” que también debe
aplanarse con un rodillo. Posteriormente, con moldes de hojalata, se cortan una gran variedad de formas que van desde figuras humanas a elementos geométricos. Suele ser un dulce que se hace con los más pequeños de la casa, ya que la elaboración es muy sencilla y divertida.
Esperemos que si disfrutan de su estancia en el Hotel Es Port, aprovechen estos días de Pascua para degustar los manjares de nuestra tierra.